El cuarteto Damare! es un cruce musical que une varios caminos. Algunos simplemente dibujan la procedencia de sus miembros, yendo desde Mallorca a Rusia, pasando por La Vall d'Uixó, en Castellón, y Japón, para confluir en la facultad de arquitectura de Barcelona, donde se fundó la banda en 2018. Otros son itinerarios de ida y vuelta al núcleo de géneros tan variados como el neo-soul, el jazz, el trip-hop, el R&B e incluso el hip-hop o el rock.
La síntesis de todas esas coordenadas da como resultado uno de los proyectos musicales más interesantes y genuinos de la escena emergente catalana. Con clara influencia de artistas como SAULT, Hiatus Kaiyote, D'angelo, Khruangbin o Badbadnotgood, Damare! son una deliciosa y excepcional rareza nacida y alimentada de la intuición momentánea y de la improvisación conjunta en jam sessions. Una rara avis para nuestro hábitat musical, que hará que queramos un poco mejor a la globalización.
Escuchar en spotify |
‘On Hold’ es su nuevo single. Tras grabar en 2019 Back to Sigarrillos, su álbum de debut completamente autogestionado, en el estudio Sol de Sants, y el segundo, Liquid Payment, también autoeditado, nada menos que con Paco Loco y Ramon Aragall el año pasado, el cuarteto barcelonés prepara ya el terreno para la que será su tercera referencia. Y si la primera les sirvió sobre todo de aprendizaje, y la segunda para definir, pulir y acotar su particular sonido, esta tercera está destinada a ampliar su base de seguidores, que ya acuden solícitos a sus conciertos, donde reina una espontaneidad viva que les otorga una vibrante fuerza escénica.
El nuevo tema, un sinuoso trote de cinco minutos y medio de pura elegancia, es un canto neo-soul y casi blusero a la desesperación amorosa. Grabado, como siempre, en directo, descartando y añadiendo ideas desde la improvisación, ‘On Hold’ es el lamento de alguien que se siente atrapada en una relación tóxica esperando sentirse querida. La resolución se nos muestra en el final del videoclip que acompaña al single, cuya estética, vestuario, cámaras utilizadas e incluso el móvil que aparece nos remiten inevitablemente a los años 90. Como su música, que definitivamente es de otra época y coordenadas. Serán de otro tiempo y de otros lugares, pero Damare! han llegado al aquí y al ahora para quedarse.